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Las 50 mejores películas de la década según el diario La Vanguardia

En La Vanguardia del día 25 apareció publicada la lista, elaborada por los críticos del diario, de las 50 mejores películas de la década que estamos a punto de dejar atrás. En las próximas semanas seguramente irán apareciendo más listas en otros diarios y revistas,  pero ésta ya nos sirve como aperitivo para recordar films que quizá teníamos olvidados, descubrir los que no hemos visto, encontrar nuestros favoritos, buscar inútilmente los que más nos han gustado mientras esperamos el próximo escrutinio y, por supuesto, sacar nuestras propias conclusiones.

        Ahí va la lista:

1-Saraband (Ingmar Bergman) / 2-Gran Torino (Clint Eastwood) / 3-La vida de los otros (Von Donnersmarck) / 4-Caché (Michael Haneke) / 5-4 meses, 3 semanas, 2 días (Cristian Mungiu) / 6-Million dollar baby (Eastwood) / 7-Deseando amar (Wong Kar Wai) / 8-El pianista (Roman Polanski) / 9-Un hombre sin pasado (Aki Kaurismaki) / 10-Dogville (Lars von Trier) / 11-El arca rusa (Sokurov) / 12-Memento (Nolan) / 13-Bowling for Columbine (Moore) / 14-En construcción (Guerín) / 15-Bailar en la oscuridad (Lars von Trier) / 16-El hombre que nunca estuvo allí (Hnos. Coen) / 17-Olvídate de mí (Grondy) / 18-Traffic (Soderbergh) / 19-Mulholland Drive (Lynch) / 20-Up (Docter/Petersen) / 21-Crónica de un asesino en serie (Bong Joo-ho) / 22-El bosque (Shyamalan) / 23-Match point (Allen) / 24-Naturaleza muerta (Jia Zhang Ke)25-Infiltrados (Scorsese) / 26-Master and Commander (Weir) / 27-La soledad (Rosales) / 28-Las invasiones bárbaras (Arcand) / 29-Ratatouille (Brad Bird) / 30-La mejor juventud (Marco Tullio Giordana) / 31-La cinta blanca (Haneke) / 32-Inland Empire (Lynch) / 33-La habitación del hijo (Moretti) / 34-Hable con ella (Almodóvar) / 35-Mystic River (Eastwood) / 36-Love actually (R.Curtis) / 37-Los espigadores y la espigadora (Agnès Varda) / 38-La inglesa y el duque (Rohmer) / 39-Primavera, verano…(Kim Ki-duk) / 40-Oldboy (Chan-wook Park) / 41-Kill Bill (Tarantino) / 42-Crash (Paul Haggis) / 43-Promesas del Este (Cronenberg) / 44-Elephant (Gus van Sant) / 45-Réquiem por un sueño (Aronofsky) / 46-Volver (Almodóvar) / 47-Big Fish (Burton) / 48-Amores perros (Iñárritu) / 49-Pozos de ambición (Paul Thomas Anderson) / 50-Ciudad de Dios (Meirelles).  

        Y ahí van algunas opiniones:

-Desgraciadamente ésta será la última lista en la que aparezca una nueva película de Bergman, uno de los más grandes. Gracias por todo, donde quiera que estés.

La cinta blanca está en la lista aunque aún no se ha estrenado en España. Ojalá sea, por lo menos, tan buena como Caché.

-Debo de estar perdiéndome algo muy bueno al ser absolutamente incapaz de apreciar el cine de Gus van Sant, Soderbergh, Almodóvar y Lars von Trier, entre otros. Prometo penitencia.

-Grandes cineastas en horas bajas: El pianista, Infiltrados, Kill Bill, Big Fish y El hombre que nunca estuvo allí no me entusiasman. Más penitencia. ¡Ay de mí!

Gran Torino está muy bien, pero nunca puede estar por delante de una obra maestra como Million Dollar Baby. Al menos no han elegido El intercambio.

-De David Lynch aparecen Mulholland Drive e Inland Empire. La primera, un peliculón aún mejor que Terciopelo azul; la segunda, un churro tan grande como Cabeza borradora.

-Echo de menos alguna de Chabrol, como La dama de honor; alguna de Nobuhiro Suwa, por ejemplo Una pareja perfecta; la maravilosa Wall-E de Andrew Stanton, aunque sí estén Up y Ratatouille; alguna española (o catalana, por si hay algún susceptible) buenísima, como Ficció de Cesc Gay; y, sobre todo, Zodiac de David Fincher, quizá mi preferida de toda la década.

-Por último, siento muchísimo opinar que esta década, en líneas generales, me parece la peor de la historia del cine. Y no hay que regresar demasiado lejos en el tiempo, sólo echar un vistazo a las mejores de las dos décadas anteriores. En los ochenta: El sur, Dublineses, Blade Runner, Terciopelo azul, Fanny y Alexander, Ran, Bird, Toro salvaje, Pennies from heaven, Y la nave va, Paisaje en la niebla, Delitos y faltas, Round midnight, etc, etc. En los noventa: Un lugar en el mundo, Sin perdón, Cazador blanco, corazón negro, Monsieur Hire, Un corazón en invierno, Lluvia negra, La bella y la bestia, Uno de los nuestros, Muerte entre las flores, El gran Lebowski, etc, etc.

          ¡FELIZ CINE Y FELIZ 2010 PARA TODOS!

EL FANTASMA DEL PARAÍSO (1974) de Brian De Palma

Vi por primera vez El fantasma del paraíso (Phantom of the Paradise) hace una pila de años en Televisión Española, cuando el ente público aún no era tan terrorífico como el que acosaba a Barbara Hershey en el film de Sidney J. Furie y, además de películas, solía ofrecer buen cine. Recientemente tuve ocasión de volver a verla en un pase de la Filmoteca, temiendo que uno de los dos hubiese envejecido mal y que no respondiese al buen recuerdo que me dejó. Nada de eso.Volví a pasármelo como el enano que era en nuestra primera cita.

        Tomando elementos prestados de El fantasma de la ópera de Gaston Leroux, El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, y el Fausto de Goethe, y con algunos recursos propios del cine mudo y del cómic, De Palma se cocina una gamberrada poblada por personajes extravagantes y caricaturescos, un film originalísimo a caballo entre el terror, la comedia salvaje y el musical que arremete contra el mundo de la popularidad, los fans y el éxito a cualquier precio. Y, como no podía ser de otro modo tratándose de un film de De Palma, aparece también el consabido homenaje a Hitchcock, esta vez en una divertida parodia del asesinato en la ducha de Psicosis.

        ¿La mejor película de su director? Siendo un poco rigurosos quizás habría que acudir a las imágenes de Fascinación (Obsession, 1976), Atrapado por su pasado (Carlito´s way, 1993), o La Dalia Negra (The Black Dahlia, 2006), los tres films donde, en mi opinión, mejor aprovecha Brian De Palma lo asimilado desde el cine de Hitchcock, Scorsese y Orson Welles. Pero, para los que no siempre tragamos con el virtuosismo y la brillantez visual tantas veces hueca de este cineasta, El fantasma del Paraíso supone un soplo de aire fresco entre tanto fuego de artificio.

            Editada en DVD por Fox

UN RECUERDO NAVIDEÑO de Truman Capote

La amistad entre el niño Buddy y una anciana sin nombre, sus travesuras junto a la perra Queenie y el temor a la presencia de los adultos, las tartas que cocinan para regalar a sus conocidos, el regalo de una cometa cada Navidad porque no hay dinero para más, el paso del tiempo, la nostalgia…Las palabras más sencillas son capaces de recrear las sensaciones y los sentimientos de la infancia y el recuerdo de las Navidades más felices. Un auténtico regalo navideño de la mano de uno de los más grandes narradores.

        «Y ella sigue allí, rondando por la cocina. Con Queenie como única compañía. Luego sola. («Querido Buddy -me escribe con su letra salvaje, difícil de leer-, el caballo de Jim Macy le dio ayer una horrible coz a Queenie. Demos gracias de que ella no llegó a enterarse del dolor. La envolví en una sábana de hilo, y la llevé en el carricoche al prado de Simpson, para que esté rodeada de sus Huesos…») Durante algunos noviembres sigue preparando sus tartas de frutas sin nadie que la ayude; no tantas como antes, pero unas cuantas: y, por supuesto, siempre me envía «la mejor de todas». Además, me pone en cada carta una moneda de diez centavos acolchada con papel higiénico: «Vete a ver una película y cuéntame la historia.» Poco a poco, sin embargo, en sus cartas tiende a confundirme  con su otro amigo, el Buddy que murió en los años ochenta del siglo pasado; poco a poco, los días trece van dejando de ser los únicos días en que no se levanta de la cama: llega una mañana de noviembre, una mañana sin hojas ni pájaros que anuncia el invierno, y esa mañana ya no tiene fuerzas para darse ánimos exclamando:

        -¡Vaya por Dios, ha llegado la temporada de las tartas de frutas!

       Y cuando eso ocurre, yo lo sé. El mensaje que lo cuenta no hace más que confirmar una noticia que cierta vena secreta ya había recibido, amputándome una insustituible parte de mí mismo, dejándola suelta como una cometa cuyo cordel se ha roto. Por eso, cuando cruzo el césped del colegio en esta mañana de diciembre, no dejo de escrutar el cielo. Como si esperase ver, a manera de un par de corazones, dos cometas perdidas que suben corriendo hacia el cielo.»

              Traducción de Enrique Murillo.

              Publicado por Ed. Anagrama.

            ¡FELICES CUENTOS Y FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

LA EMPERATRIZ YANG-KWEI-FEI (1955) de Kenji Mizoguchi

Decir que determinada película es una de las más hermosas de Kenji Mizoguchi para mí equivale a considerarla como una de las más hermosas de la historia del cine. Y eso me parece La emperatriz Yang-Kwei-Fei (Yôkihi), la historia de la muchacha plebeya que enamora al emperador y le devuelve las ganas de vivir perdidas tras la muerte de su esposa, algo similar al cuento de La Cenicienta pero en la China del siglo VIII, con hermanos malvados incluidos.

        Mizoguchi narra este amor imposible entre intrigas cortesanas con planos más cortos y una cámara menos móvil de lo que suele ser habitual, pero el resultado alcanza una sensibilidad que poco tiene que envidiar a los mejores momentos de Cuentos de la luna pálida (Ugetsu monogatari, 1953) y El intendente Sansho (Sansho dayu, 1954), sus otras dos obras cumbre, sobre todo en escenas como la escapada de la pareja, que asiste de incógnito a una celebración entre el pueblo (que recuerda al momento en que la princesa Audrey Hepburn y el periodista Gregory Peck se mezclan con la gente en otra maravillosa película, Vacaciones en Roma (Roman Holiday, 1953) de William Wyler), y el plano final -tras el flash-back que abarca casi todo el film-, con la muerte del emperador en su habitación, acompañado solamente por la estatua de su amada, y la reunión de las dos almas, que escapan del palacio sin que nadie pueda ya separarlas. En otro momento similar, las almas de Rex Harrison y Gene Tierney conseguían por fin estar juntas en la memorable El fantasma y la señora Muir (The ghost and Mrs. Muir, 1947). Y es que el mejor cine, nos llegue de Japón o de un estudio de Hollywood, no entiende mucho de nacionalidades.

        Cuando se busca algún cineasta con el que comparar a John Ford se suele recurrir a Hawks y a Walsh, creo que más que nada porque los tres eran norteamericanos, de la misma generación, y los tres filmaron westerns. Para mí el más cercano a Ford siempre ha sido Mizoguchi, si no en la manera de filmar, en la planificación, sí en el fondo de sus historias. El momento cumbre de este film (y uno de los más serenos y bellos del cine japonés), en el que vemos a la amada del emperador dirigirse a su ejecución, es buena prueba de ello. Mizoguchi cierra el plano sin mostrarnos su muerte, igual que Ford no nos muestra la de la doctora Cartwright al final de Siete mujeres (Seven Women, 1965), la película que puso punto y final a su filmografía. El mismo cariño, el mismo respeto por sus personajes, consigue unir las miradas de dos de los mayores artistas del siglo xx.

               Editada en DVD por DeAPlaneta.

CELULOIDE de Ugo Pirro

Además de gran guionista del cine italiano -sobre todo para Elio Pietri, pero también en películas de De Sica, Pontecorvo o Damiano Damiani, entre otros-, el dos veces ganador del Oscar Ugo Pirro es el autor de Celuloide (Celluloide, 1983), una de las grandes novelas sobre el mundo del cine y sobre la historia de Italia.

        Ambientada en el final de la ocupación alemana y los comienzos de la postguerra, Celuloide es, ante todo, la crónica de la gestación y realización de Roma, ciudad abierta (Roma, città aperta, 1945), la célebre película de Roberto Rossellini, y del nacimiento del neorrealismo italiano, una de las corrientes cinematográficas de mayor repercusión. Pero también es la historia de una nueva sociedad y una nueva realidad política, de los enfrentamientos entre comunistas y demócratacristianos, y de cómo éstos ganan las primeras elecciones bajo el inolvidable lema «Dios te ve, Stalin no». Por sus páginas desfilan, como si fueran personajes creados por la pluma de Pirro, muchos de los grandes protagonistas de la cultura, la política, y el cine de la época, así como multitud de anécdotas que consiguen hacérnoslos más cercanos.

        Desgraciadamente es muy difícil de encontrar hoy en día, pero quien la consiga en una biblioteca o en alguna librería de segunda mano podrá disfrutar de una gran novela y de un documento cinematográfico e histórico de primer orden.

        «La historia de cómo, dónde y cuándo nació el neorrealismo empieza como una novela de aventuras, porque fue una aventura y una novela que los supervivientes cuentan con pudor y nostalgia, confundiendo fechas y circunstancias, como normalmente ocurre cuando el desinterés de los historiadores hace parecer injustamente superflua la memoria de protagonistas y testigos.»

             Traducción de Augusto M. Torres.

             Publicada por Ediciones Libertarias.

EL PUEBLO DE LOS MALDITOS (1960) de Wolf Rilla

Con cuatro duros y mucho talento, el guionista y director alemán Wolf Rilla adapta la novela de John Wyndham The Midwich cuckoos (1957). El resultado es El pueblo de los malditos (Village of the damned), un pequeño clásico entre el terror y la ciencia-ficción, la historia de un pueblo en el que sus habitantes pierden el conocimiento durante unas horas, las mujeres en edad de procrear quedan misteriosamente embarazadas, y los niños que nacen resultan todos rubios, de ojos misteriosos, con una inteligencia superior y ajenos a los sentimientos. Y claro, primero los lugareños y luego las autoridades comienzan a preocuparse…

        Con el gran George Sanders llenando la pantalla sin esforzarse mucho, el niño Martin Stephens casi tan enigmático como dando vida a Miles en Suspense, varias interpretaciones a elegir (el rechazo a lo diferente, las teorías filosóficas del ser superior, la amenaza de la raza aria), y un plano final que nos deja la mosca tras la oreja, El pueblo de los malditos es una de las grandes contribuciones a un género que en Europa gozó de inmejorable salud durante los años 50 y 60.

        Y si a alguien le apetece una triple sesión, la secuela de Anton Leader Los hijos de los malditos (Children of the damned, 1963) y el remake de 1995 dirigido por John Carpenter son también muy recomendables. Pero a partir de ahora, tened cuidado si un niño de pelo rubio se os queda mirando fijamente.

            Editada en DVD por Warner.