SIGFRIDO de Harry Mulisch

Sigfrido (Siegfred. Een zwarte idylle, 2001), la última novela hasta la fecha de Harry Mulisch, tiene como protagonista a Rudolf Herter, un famoso escritor y conferenciante que prepara un libro sobre la figura de Hitler y que guarda bastantes paralelismos con el propio Mulisch. Durante uno de sus viajes para dar una serie de conferencias, Herter es reclamado por el matrimonio Falk (al parecer, ese era el apellido de la mujer que se ocupó de cuidar a Mulisch durante su infancia), dos ancianos que estuvieron al servicio de Hitler y Eva Braun durante la 2ª Guerra mundial y que le revelan el secreto que han estado guardando durante todos esos años: Eva Braun dio a luz un hijo de Hitler al que llamaron Sigfrido, y ellos fueron los encargados de cuidarle. 

        Novela sobre una obsesión de consecuencias trágicas, que en muchos momentos adquiere matices propios del género de misterio, y que en su parte final toma partido por lo fantástico al relacionar textos bíblicos y escritos proféticos de Nietzsche con la posterior aparición de Hitler,  Sigfrido es una novela imprescindible para los interesados en una de las figuras más enigmáticas y trístemente célebres de siglo XX, y muy recomendable para quienes hayan considerado leer algo de Harry Mulisch y no se hayan atrevido con la monumental El descubrimiento del cielo (De ontdekking van de hemel, 1992), su novela más reconocida y que en algunas listas de la mejor literatura de la historia ya ha ocupado lugares de privilegio.

«Con su elegante mano reposando sobre el cuello de Blomli -sentado junto al sillón con las orejas aguzadas, como una orgullosa criatura de un mundo más inocente-, Hitler se dirigió a los Falk para decirles que ése era el día más importante de sus vidas, dado que había tomado la decisión de encomendarles una tarea de trascendencia universal. Se quedó unos instantes callado mientra miraba a la jefa, que estaba sentada en el sofá con la cara pálida, entre los oficiales Brückner y Mittlstrasser. 

        -Señor Falk, señora- prosiguió Hitler en tono formal-, voy a revelarles un secreto de Estado: la señorita Braun espera un hijo.»

                  Traducción de Isabel-Clara Lorda Vidal.

                  Publicada por Tusquets.

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