Archive for the ‘Literatura checa’ Category

AYER VINO UNA DEBILIDAD… de Franz Kafka

Entre los relatos muy breves de Kafka, el poco conocido «Ayer vino una debilidad…» (Gestern kam eine Ohnmacht…, 1917) es uno de mis preferidos. Aquí os lo dejo.

Ayer vino una debilidad a mi casa. Vive en la casa de al lado, con frecuencia la he visto desaparecer agachándose por la puerta. Una gran dama con un vestido largo y ondulante, tocada con un sombrero ancho adornado de plumas. Llegó con prisas, atravesando susurrante la puerta, como un médico que teme haber llegado demasiado tarde a visitar a un enfermo que se apaga.

-¡Anton! -exclamó con voz profunda, aunque jactanciosa-, ya llego, ya estoy aquí.

Se dejó caer en el sillón que le señalé.

-Vives muy alto, muy alto -dijo suspirando.

Hundido en mi butaca, asentí. Innumerables, uno detrás de otro, saltaron ante mi vista los peldaños de la escalera que conducía a mi habitación, pequeñas olas incansables.

-¿Por qué hace tanto frío? -preguntó, y se quitó los viejos y largos guantes de esgrima, a continuación los arrojó sobre la mesa y me miró con la cabeza inclinada, parpadeando.

Me parecía como si yo fuera un gorrión que ejercitara en la escalera mis saltos y ella descompusiera mi suave plumaje gris.

-Siento con toda el alma que me anheles tanto. Sumida en la tristeza, he visto tu rostro con frecuencia, consumido de pena, cuando estabas en el patio y mirabas hacia mi ventana. Bueno, no me caes mal y aún no tienes mi corazón, así que puedes conquistarlo.

Traducción de José Rafael Hernández Arias.

Publicado por Valdemar.

 

UN DÍA POR LA MAÑANA de Vladimír Holan

La editorial Galaxia-Gutenberg acaba de publicar La gruta de las palabras, una antología del gran poeta checo Vladimír Holan a cargo de su amiga Clara Janés. Contemporáneo del Nobel de 1984 Jaroslav Seifert, Holan vivió recluido en su casa de la isla de Kampa desde 1948 hasta 1980, año de su fallecimiento, enfrentado al gobierno comunista de su país, que prohibió la publicación de sus libros.

        Aquí os dejo uno de sus poemas.

Un día por la mañana

Un día por la mañana, al abrir la puerta,

encontraste en el umbral los zapatos de baile.

Era para besarlos y tú lo hiciste enseguida

y volviste a sentir alegría después de tantos años,

todas las lágrimas largo tiempo contenidas

ascendieron a tu risa.

Luego te reíste y desde el alma rompiste a cantar

con la tranquilidad de la juventud…

No preguntaste qué hermosa

dejó los zapatos en el umbral.

Nunca lo averiguaste

y, sin embargo, de aquel feliz momento

aún vives con frecuencia…

                  Traducción de Clara Janés.