La cosecha de Dashiell Hammett (1)
La novela de Dashiell Hammett El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1930) fue llevada al cine de manera fiel y con el mismo título por John Huston, su debut como director en 1941. La película ha contribuido decisivamente a que sea ésta la obra más conocida del escritor norteamericano, al menos en nuestro país. El cine suele hacerle estos favores a la literatura y, sobre todo, a los editores.
Cosecha roja (Red Harvest, 1929), la primera obra de Hammett, pionera en sentar las bases de la novela negra con su enrevesada trama, su crítica social y sus diálogos vertiginosos, le ha servido al cine como fuente de inspiración en varias ocasiones; pero nunca, al menos que yo sepa, bajo el mismo título, y no siempre de manera reconocida, lo cual ha facilitado que sea menos popular. Las andanzas del agente de la Continental, que llega a la ciudad de Personville y consigue que los gánsters locales se enfrenten en una guerra hasta eliminarse, han sido recogidas por muy diversos cineastas y adaptadas bajo diferentes géneros y miradas: la gran literatura produciendo una magnífica cosecha cinematográfica.
Yojimbo (1961) es una de las muchas obras maestras de Akira Kurosawa. En ella el director japonés convierte al agente creado por Hammett en un ronin con los rasgos de Toshirô Mifune, un samurái sin dueño que ofrece sus servicios al mejor postor y que conseguirá engañar a dos bandas rivales hasta que se aniquilen. Con una sublime fotografía en blanco y negro y una impresionante utilización del cinemascope, Kurosawa consigue algunas de las mejores escenas de su filmografía. En 1962 recuperará al personaje, ahora ya sin Hammett, y al actor -la relación entre Kurosawa y Mifune y su colaboración en varias películas aparece detallada en el libro El emperador y el lobo (The Emperor and the Wolf, 2002), de Stuart Galbraith- para realizar Sanjuro (Tsubaki Sanjuro), otro magnífico film.
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